Aún me faltaba hablar de la segunda parte de mi viaje a Vietnam: la capital Hanoi. Esta segunda parte del viaje la hice solo, lo cual tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, el viajar solo te permite hacer e ir donde tú quieras sin depender de las preferencias de otros. Por otro, a veces se echa en falta tener a alguien con quien comentar los sitios que vas viendo y pude llegar a ser incluso algo aburrido.
La pagoda del pilar único, una de las pagodas más conocidas de Vietnam.
Otro de los puntos de visita obligada es el mausoleo donde reposan los restos Ho Chi Minh.
En el museo de Hanoi me encontré con este grupo de colegiales, que a juzgar por lo sorprendidos que estaban de ver a un extranjero, debían venir de alguna zona rural de Vietnam.
Después de una larga mañana de caminatas a más de cuarenta grados, nada como una Coca-Cola y una sopa vietnamita. En Seúl hay bastantes restaurantes de sopa vietnamita, pero hay que decir que el sabor de ésta no tenía nada que ver, se notaba al momento que los ingredientes eran mucho más naturales.
Uno de mis rincones favoritos de Hanoi es el lago Hoan Kiem. Me quedaba bastante cerca del hostal donde dormía y solía terminar todos los días tomando algo sentado mirando al lago. En una ciudad repleta de motocicletas y por tanto con bastante polución, es uno de los sitios donde se puede respirar un aire más limpio.
Al parecer muchos locales piensan igual que yo, ya que los alrededores del lago estaban siempre abarrotados de gente sentada charlando al frescor de la brisa que viene del lago.
La simpatía y amabilidad de los vietnamitas son de sobra conocidos. Este «taxista» vietnamita no dudó en saludar a la cámara al ver que le estaba haciendo una foto 🙂
Ya en la bahía de Ha-Long, es común que mercaderes se acerquen a los barcos de turistas ofreciendo fruta.
Bahía de Ha-Long, desde el barco.
Casas flotantes en la bahía de Ha-Long.
Como parte del tour hicimos un recorrido por Dau Go Cave, una de las muchas cuevas de la zona, situada en la isla del mismo nombre.
La cueva era bastante impresionante. Me recordó bastante a la Cueva de Nerja, aunque diría que la de Dau Go es más espectacular, quizá por la iluminación, que ayuda bastante.
El desorden de Hanoi también se puede apreciar en las fachadas de sus edificios.
Uno de los encantos de Vietnam es que en muchos rincones parece que no hubiese pasado el tiempo. Esa foto bien podría ser de bastantes siglos atrás.