Día 1: Llegada a Pekín y autobús a Erenhot (frontera con Mongolia)
Llegamos a Pekín por la mañana. En el aeropuerto nos estaba esperando Ga-Young, que nos llevó a la estación de autobuses para comprar los tickets a Erenhot, la frontera con Mongolia. Después de comprar los tickets, teníamos unas cuatro horas para ver Pekín, así que nos fuimos para Tiananmen, echamos unas fotillos, almorzamos un Pato Pekinés y vuelta a la estación de autobuses.
En Tiananmen Square, de izquierda a derecha, Ga-Young, Jairo, yo, y Pablo.
Day 2: Cruce de la frontera con Mongolia y cogiendo el tren nocturno
El día siguiente por la mañana, llegamos a Erenhot, la última ciudad china antes de cruzar la frontera. Cuando nos bajamos del autobús, nos asaltaron un montón de conductores ofreciéndonos cruzarnos la frontera en sus 4×4 rusos.
Jairo con nuestro conductor y su coche.
Ya en Mongolia, jugando una partidilla de billar mientras esperábamos al tren que nos llevaría a la capital, Ulan Bator.
En el tren hacía muucho calor. No había aire acondicionado, y como las ventanas tenían que estar abiertas (para no morir deshidratados) y estábamos cruzando el Desierto de Gobi, había polvo por todas partes…
El tren tampoco es muy cómodo. Aquí estoy intentado dormir con Pablo y mi libro de coreano.
Día 3: Llegada a Ulan Bator, montando a Camello, y primera noche en una yurta
Después de pasar la noche en el tren, llegamos a Ulan Bator, donde nos recogió Seggie, nuestra guía. Muy poca gente habla inglés en Ulan Bator, y si te vas a las zonas rurales como hicimos nosotros, necesitas un guía o puedes acabar perdido en medio de la nada.
Mi primera experiencia con un baño mongol… es peor de lo que se ve en la foto :S
Montando a camello… y con chanclas!
Día 4: Karakorum y formación rocosa
El cuarto día fuimos a Karakorum, antigua capital del Imperio Mongol.
Yurta Mongola.
Una familia mongola típica en el Monasterio Erdene Zuu, en Karakorum.
Por primera vez, montando a caballo 🙂
Probablemente el mejor arco iris que he visto nunca.
Día 5: Volcán y lago
Este día condujimos un montón. No sé después de cuántos kilómetros, pero finalmente llegamos al Volcán Khorgo. Después de subir a su cima, y bajar hasta cráter, nos fuimos a nadar a un lago cercano, donde pasamos la noche.
Justo en el cráter del volcán.
El lago donde nadamos (increíble).
Día 6: Un día en la carretera (carretera por decir algo…)
Más coche… aunque en principio íbamos a parar en otro lago, como el día estaba algo fresco para nadar, decidimos seguir conduciendo de vuelta a Krarakorum, donde pasamos la noche en un campamento para turistas (lo que significa que pudimos disfrutar de una ducha y de váteres occidentales!!).
Durante algunos kilómetros llevé nuestro 4×4.
Día 7: Caballos salvajes en el Parque Nacional de Hustai
Una de las mejores experiencias del viaje. Mongolia es el único país del mundo donde aún pueden verse caballos salvajes. A diferencia del Mustang Americano o el Brumby Australiano, el Caballo Salvaje Mongol, Caballo de Przewalski o símplemente Takhi (que significa «espíritu», y es como lo llaman los mongoles) nunca en la historia ha podido ser domesticado con éxito.
Los tres aventureros con los caballos salvajes de fondo.
Día 8: Ulan Bator
En nuestro último día en Mongolia decidimos volver a Ulan Bator y hacer las últimas compras antes de ir al aeropuerto y volar de vuelta a Pekín y después a Seúl. Por lo poco que pudimos ver, Ulan Bator no es una ciudad demasiado interesante. Bastante polvorienta por la cercanía del Desierto de Gobi y plagada de edificios viejos y bastante feos, aunque también vimos que la ciudad se está desarrollando rápidamente, con muchos edificios de oficinas en construcción.
La única foto que hice este día (en una tienda donde se venden todo tipo de productos hechos con lana mongola).. Gracias Seggie! 🙂