Viaje a Beijing

Como os habéis podido dar cuenta, últimamente no tengo mucho tiempo de actualizar este blog que como tantos otros se está convirtiendo inevitablemente en una mera bitácora de viajes.

Pues para no variar, os dejo unas fotillos de mi último viaje a Pekín con Alex y la promesa de volver a contaros historias de Seúl en cuanto vuelva a conocer lo que es tener tiempo libre (trabajo, examenes de coreano, entrevistas de trabajo, etc. me han tenido bastante ocupado este tiempo).

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La primera foto curiosa del viaje. Dos trabajadores se turnaban para llevarse en carrito el uno al otro… en medio de una vía de cuatro carriles.

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En la entrada del Templo de los Lamas.

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Con Alex, mi compañero de viaje.

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En Tiananmen, sin duda uno de los lugares más emblemáticos de Pekín, donde en 1989 tuvo lugar la famosa revolución contra la dictadura comunista china (para quien quiera saber más: vídeo 1, vídeo 2).

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Otra vista de Tiannanmen, desde arriba.

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En el mercado de la seda (donde más que seda, lo que se venden son imitaciones de todo tipo) con dos chinitas a las que les compré unas Adidas falsas por 60 yuanes (7 euros). Creo que me tangaron, pero eran tan majas…

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Una peluquería en medio de la calle?

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Si Mao levantara la cabeza…

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Por supuesto, no faltó la visita a la Muralla China.

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Uno de las aficiones de los chinos es la escritura artística de caracteres chinos. En el inmeso Palacio de Verano, esta mujer se pasó la mañana escribiendo con ése bastón que metía en un cubo con agua. Evidentemente, al cabo de unos minutos los caracteres iban desapareciendo.

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Al parecer, ésta es otra afición de los chinos, no sé cómo llamar eso.

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Justo antes de salir de vuelta al aeropuerto, la foto obligada con «El Nido», donde Usain Bolt nos hizo vibrar a todos los aficionados al deporte.

Por supuesto, no me puedo ir sin dar las gracias a mi amigo y compañero de beca Peque, un tío grande donde los haya que encargó de buscarnos alojamiento y enseñarnos la noche pequinesa, y mi amiga y «madre coreana» Ga-Young, que hizo un hueco en su apretada agenda de estudiante para pasar un rato con nosostros. ¡Espero que nos volvamos a ver pronto! 🙂

Viaje a Mongolia (desde Pekín)

Día 1: Llegada a Pekín y autobús a Erenhot (frontera con Mongolia)

Llegamos a Pekín por la mañana. En el aeropuerto nos estaba esperando Ga-Young, que nos llevó a la estación de autobuses para comprar los tickets a Erenhot, la frontera con Mongolia. Después de comprar los tickets, teníamos unas cuatro horas para ver Pekín, así que nos fuimos para Tiananmen, echamos unas fotillos, almorzamos un Pato Pekinés y vuelta a la estación de autobuses.

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¡En China! 😀

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En Tiananmen Square, de izquierda a derecha, Ga-Young, Jairo, yo, y Pablo.

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En el autobús a Erenhot.

Day 2: Cruce de la frontera con Mongolia y cogiendo el tren nocturno

El día siguiente por la mañana, llegamos a Erenhot, la última ciudad china antes de cruzar la frontera. Cuando nos bajamos del autobús, nos asaltaron un montón de conductores ofreciéndonos cruzarnos la frontera en sus 4×4 rusos.

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Jairo con nuestro conductor y su coche.

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Ya en Mongolia, jugando una partidilla de billar mientras esperábamos al tren que nos llevaría a la capital, Ulan Bator.

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En el tren hacía muucho calor. No había aire acondicionado, y como las ventanas tenían que estar abiertas (para no morir deshidratados) y estábamos cruzando el Desierto de Gobi, había polvo por todas partes…

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El tren tampoco es muy cómodo. Aquí estoy intentado dormir con Pablo y mi libro de coreano.

Día 3: Llegada a Ulan Bator, montando a Camello, y primera noche en una yurta

Después de pasar la noche en el tren, llegamos a Ulan Bator, donde nos recogió Seggie, nuestra guía. Muy poca gente habla inglés en Ulan Bator, y si te vas a las zonas rurales como hicimos nosotros, necesitas un guía o puedes acabar perdido en medio de la nada.

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Mi primera experiencia con un baño mongol… es peor de lo que se ve en la foto :S

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Montando a camello… y con chanclas!

Día 4: Karakorum y formación rocosa

El cuarto día fuimos a Karakorum, antigua capital del Imperio Mongol.

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Yurta Mongola.

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Una familia mongola típica en el Monasterio Erdene Zuu, en Karakorum.

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Entrada al monasterio.

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Por primera vez, montando a caballo 🙂

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Probablemente el mejor arco iris que he visto nunca.

Día 5: Volcán y lago

Este día condujimos un montón. No sé después de cuántos kilómetros, pero finalmente llegamos al Volcán Khorgo. Después de subir a su cima, y bajar hasta cráter, nos fuimos a nadar a un lago cercano, donde pasamos la noche.

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En la cima del Volcán Khorgo.

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Justo en el cráter del volcán.

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El lago donde nadamos (increíble).

Día 6: Un día en la carretera (carretera por decir algo…)

Más coche… aunque en principio íbamos a parar en otro lago, como el día estaba algo fresco para nadar, decidimos seguir conduciendo de vuelta a Krarakorum, donde pasamos la noche en un campamento para turistas (lo que significa que pudimos disfrutar de una ducha y de váteres occidentales!!).

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Durante algunos kilómetros llevé nuestro 4×4.

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Puesta de sol en Karakorum.

Día 7: Caballos salvajes en el Parque Nacional de Hustai

Una de las mejores experiencias del viaje. Mongolia es el único país del mundo donde aún pueden verse caballos salvajes. A diferencia del Mustang Americano o el Brumby Australiano, el Caballo Salvaje Mongol, Caballo de Przewalski o símplemente Takhi (que significa «espíritu», y es como lo llaman los mongoles) nunca en la historia ha podido ser domesticado con éxito.

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Manada de caballos salvajes.

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Los tres aventureros con los caballos salvajes de fondo.

Día 8: Ulan Bator

En nuestro último día en Mongolia decidimos volver a Ulan Bator y hacer las últimas compras antes de ir al aeropuerto y volar de vuelta a Pekín y después a Seúl. Por lo poco que pudimos ver, Ulan Bator no es una ciudad demasiado interesante. Bastante polvorienta por la cercanía del Desierto de Gobi y plagada de edificios viejos y bastante feos, aunque también vimos que la ciudad se está desarrollando rápidamente, con muchos edificios de oficinas en construcción.

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La única foto que hice este día (en una tienda donde se venden todo tipo de productos hechos con lana mongola).. Gracias Seggie! 🙂