Por fin saco tiempo para subir las fotos de nuestro último viaje asiático en 2008. Esta vez fuimos a Filipinas, una de las últimas colonias españolas y un paraíso donde los haya. De la multitud de islas que tiene Filipinas, decidimos seguir los consejos de Pura, ex-becaria informática de Manila, y viajar hasta Bohol, huyendo un poco de la masificación de otras islas quizá mas desarrolladas turísticamente como Boracay. La apuesta fue acertada para lo que buscábamos nosotros, unas vacaciones para descansar y además poder ver cosas interesantes además de playa y corales.
Con Ji-Won y Jairo, en el avión que nos llevaría a Manila.
Vista desde el avión de las islas cercanas a Bohol. Filipinas comprende más de 7.000 islas, todas ellas rodeadas de aguas cristalinas y arrecifes de coral.
Ya en Bohol, nos encontramos con una isla pequeña y tranquila, pero con bastantes restaurantes con un pescado riquísimo y bastante barato. No había demasiada vida nocturna, pero nosotros tampoco íbamos buscando discotecas.
Ji-Won con un Tarsier, un primate típico de las islas de Filipinas, caracterizado por su diminuto tamaño, sus enormes ojos y largos dedos.
Otro punto que uno debe visitar en Bohol son las colinas de Chocolate (Chocolate Hills). Son unas colinas que se formaron al parecer por la acumulación de corales cuando la isla estaba sumergida por el océano. Ésto da a estas más de 120 colinas un color amarronado, y de ahí su nombre.
Ya en nuestro camino de vuelta a Seúl, en el Aeropuerto de Tagbilaran (Bohol) nos encontramos con una estampa muy de país tropical: Un grupo de… mariachis? amenizaba la espera de los pasajeros que esperaban en las dos puertas de embarque de las que consta el aeropuerto mas pequeño que he visto nunca 🙂
Holas! Qué bueno es leer un post tuyo de nuevo! Están buenas las fotos, ciertamente Filipinas parece un lugar muy interesante para visitar… un punto más en el itinerario de mi (aún hipotético) viaje por Asia… sigue así! Un abrazo desde Santa Cruz, Bolivia!